
EXPANSIÓN DE PALADAR
- On 29 noviembre, 2021
- Invisalign, Ortopedia
Hoy hablaremos de la expansión de paladar. Es muy importante saber que no podemos realizar una expansión de paladar a cualquier edad de manera sencilla. La razón es porque cuando hacemos una expansión del paladar estamos moviendo los huesos además de los dientes. En personas adultas los huesos no se pueden mover con facilidad pues nuestro crecimiento ya ha terminado y los huesos están completamente fusionados. En los niños en crecimiento no tenemos estos problemas, por lo que será mucho más sencillo realizar una expansión.
La edad ideal para hacer este tipo de tratamientos es alrededor de los 7-8 años. En contra de lo que muchos padres piensan, es mejor empezar a controlar el crecimiento de los huesos y el recambio de los dientes en una edad temprana (Figura 1), ya que si hubiese que hacer una expansión esta sería más sencilla que si nos esperamos a que el recambio de los dientes haya terminado o el crecimiento de los huesos esté más adelantado.
Un paladar estrecho puede comportar una mala deglución y/o masticación, desviación de la mandíbula en el cierre de la boca, habla deficiente o un paso de aire por la nariz muy estrecho favoreciendo la respiración oral. Todos estos ejemplos de mala función de la boca pueden comportar problemas secundarios como malposición dental, crecimiento anómalo de los huesos de la cara, mayor tendencia a roncar o hacer apneas del sueño, e incluso déficits importantes de pronunciación.

Figura 1
EXPANSIÓN DE PALADAR
La expansión de paladar son tratamientos cortos, nada molestos y suelen hacerse con aparatos fijos. Cuando colocamos un aparato fijo todos vivimos más tranquilos y evitamos discusiones en casa. Si el aparato no puede sacarse los padres no tienen que preocuparse por si el niño se pone el aparato, y los niños están más tranquilos porque no tienen que pensar continuamente en ponerse y sacarse el aparato para comer, hacer deporte o jugar con los amigos. Además los aparatos fijos permiten hacer una fuerza más continua que resulta en una mejor expansión y un mejor calidad en el resultado final de tratamiento.

Figura 2
El normal funcionamiento de este tipo de aparatos consta de los siguientes pasos:
- Tomamos un escaneado de la boca del paciente para enviarlo al laboratorio (figura 2).
- Una semana después, el doctor Joan Rossell coloca el aparato con un cemento especial para que resista todo el tiempo de tratamiento (figura 3).
- La activación del aparato debe hacerse en casa y es extremadamente sencillo. La pauta habitual consta de 1 activación por día durante aproximadamente 28-35 días.
- Una vez realizadas todas las activaciones, el aparato NO DEBE ACTIVARSE más durante el resto del tratamiento. Este debe permanecer pasivo en la boca, para asentar la expansión conseguida y no perder los cambios. El periodo de retención puede durar entre 8-12 meses. Si retiramos antes el aparato podemos observar una pérdida de la expansión conseguida.

Figura 3
El funcionamiento es tan sencillo y da tan buenos resultados que muchos padres se sorprenden. Los niños lo toleran sin problemas y como el aparato no tiene que hacer prácticamente fuerza para realizar la expansión, no notan apenas presión. Los primeros días genera incomodidad sobre todo durante la masticación y la deglución. Tras 1 ó 2 días los pacientes ya empiezan a hacer una vida más normal y a comer prácticamente de todo.
Cuando las expansiones se realizan en edades más allá de los 13 años de edad podemos encontrar 2 situaciones diferentes:
– La primera situación sería muy similar a la que hemos explicado, el funcionamiento es similar pero la presión que nota el paciente es un poco más intensa. Normalmente es una presión tolerable que desaparece en pocos minutos
– La segunda situación sería aquella en la que el aparato realiza la fuerza de expansión pero los huesos no ceden a la presión. Aquí es cuando hacer una expansión de manera convencional puede ser contraproducente y debemos buscar métodos alternativos para conseguir la expansión adecuada. La urgencia más habitual en estos casos es la sensación de dolor al activar el expansor. Si esto sucede es importante contactar con la consulta para valorar si el tratamiento está funcionado de manera adecuada.
En resumen, realizar una visita a los niños en el ortodoncista a partir de los 7 años de edad puede servir para detectar si es necesaria una expansión, lo que comporta un mejor crecimiento de los huesos del maxilar.