
LA RETENCIÓN DESPUÉS DEL TRATAMIENTO DE ORTODONCIA
- On 12 noviembre, 2021
- Invisalign, Ortopedia
Muchos pacientes se sorprenden cuando les explicamos que después de finalizar el tratamiento de ortodoncia deben llevar algún aparato para que los dientes no vuelvan a moverse, y todavía se sorprenden más cuando les explicamos que esa retención deberá llevarse “de por vida” si quieren mantener los dientes en la posición final que los hemos dejado. Si miramos la evolución de la ortodoncia a lo largo de los últimos 50 años, podemos ver que el pensamiento de la retención ha pasado por diferentes fases: durante una época los ortodoncistas no colocaban ningún tipo de aparato para evitar las recidivas (la recidiva es cuando los dientes vuelven a moverse hacia su posición original), aunque pronto se dieron cuenta de que los dientes necesitan un aparato para que los mantengan en su sitio.
Más adelante empezaron a usar retenedores después de la ortodoncia durante solo 2 años, pero de nuevo observaron que los dientes tendían a recidivar, por lo que alargaron el periodo hasta los 5 años de retención. Aún y así, 5 años no eran suficientes para sujetar los dientes y evitar movimientos indeseados. Desde hace más de 20 años la retención ya se considera como una etapa “larga”, y les explicamos muy bien a los pacientes que si quieren tener los dientes tal y como los hemos dejado, deberán llevar los aparatos de retención tanto tiempo como quieran tener los dientes bien colocados.
La Retención
Esto se debe a que los dientes están sujetos con ligamentos, y estos ligamentos tienen mucha elasticidad lo que favorece que el diente pueda desplazarse. Hay muchos más factores como la fuerza de la musculatura, la remodelación de los huesos o la presión ejercida por otros dientes. La maduración es tan compleja que la retención debe ser permanente. No hay nada en el cuerpo humano que sea estable.
Hay dos tipos de retenedores que usamos en ortodoncia: la retención fija y la retención removible, aunque la elección entre uno y otro dependerá del ortodoncista pues es el profesional que mejor orientación podrá dar sobre cuál es el más idóneo para tu caso.

Figura 1
- La retención fija consta de un alambre redondo o rectangular, que se adhiere a la cara interna de los dientes (figura 1). Casi siempre se coloca en los dientes inferiores, mientras que dependiendo de la manera de cerrar a veces no hay espacio para ponerlo en la parte superior, aunque siempre intentamos colocarlo si se puede. La mayor ventaja de este tipo de retención es la comodidad ya que el paciente no tiene que pensar en ponerse nada; como la retención está pegada, retiene las 24 horas. La mayor desventaja es el tema de la higiene pues en los pacientes que fabriquen mucho sarro de manera habitual, la retención fija no ayuda. De todas formas, en la revisión anual con el dentista se puede limpiar bien el retenedor para que las encías no sufran con el paso del tiempo.

Figura 2
- La retención removible ha sido durante mucho tiempo la retención más usada. Algunos pacientes la prefieren sobre la retención fija por su ventaja principal: la facilidad en la limpieza de los dientes. Su peor desventaja es la constancia en su uso, pues con los años algunos pacientes dejan de usarla pues creen que los dientes ya no se van a mover. Además, según el tipo de aparato que se use, hay que cambiarla cada cierto tiempo pues puede romperse o deformarse. Los aparatos fabricados en laboratorio tipo Hawley (figura 2) son más robustos y duran hasta 15 años, aunque son algo más incómodos. Los retenedores tipo Essix o vaccum (figura 3), son más cómodos pero se desgastan con más facilidad y hay que cambiarlos cada 1-2 años.

Figura 3
La visión de un tratamiento de ortodoncia también ha cambiado. Aunque algunos pacientes piensan que es un tratamiento de “una vez en la vida”, nosotros intentamos aportar una visión algo diferente. Es cierto que si el tratamiento está bien ejecutado pueden haber cambios leves en la posición, pero estos cambios son achacables al propio envejecimiento del organismo. La visión actual es la de pasar por un tratamiento principal de ortodoncia (preferiblemente sobre los 12-16 años de edad), poner la retención y controlar la maduración y envejecimiento de los tejidos. Si en algún momento los dientes sufren algún desplazamiento, hay técnicas de “mantenimiento” de la ortodoncia rápidas y sencillas, como los tratamientos con alineadores, para volver a colocarlos en su sitio con facilidad. Seguramente ya no hacemos un único tratamiento, si no que hacemos uno importante en la época de la adolescencia y posteriormente hacemos pequeños retoques para mantenerlo todo perfecto. Debemos asumir que hacernos mayores implica que todo en nuestro cuerpo puede cambiar, y lo mismo pasa con las encías, los tejidos y los dientes. Todo fluye, todo cambia, nada es permanente (Heráclito).